Camino de Santiago en solitario, ¿en serio? Sí. Cada vez que comentaba que me iba de viaje sola a emprender el Camino de Santiago me miraban incrédulos. Y a decir verdad durante mi aventura encontré a muchas chicas que estaban solas. Me sorprendió que chicos hubiese menos, pero haberlos había. La decisión de viajar sola me llegó de repente. No sé explicar el momento, simplemente dejé fluir mi esencia y escuché lo que tenía que decirme.

Ya el año pasado quise hacerlo pero sabía que no tendría valor de hacer el Camino de Santiago en solitario. Además, tenía la certeza de que no era mi momento porque estaría huyendo de mi situación desastrosa de entonces. Sin embargo, este año se ha ido fraguando la idea y sin quererlo todo se alineó para que pudiera realizarlo. Aún no me creo que llegase ayer y hoy esté escribiendo estas líneas.
Elección de las etapas para el Camino de Santiago en solitario
Lo primero que hice sin saber aún qué camino hacer fue acudir a la Asociación de Amigos de los Caminos de Santiago de Madrid, que se encuentra en Calle Carretas, 14. Donde encontrarás toda la información necesaria sobre etapas, cómo preparar tu mochila, rutas, recomendaciones, trucos y demás. Al final salí de allí con la determinación de realizar el Camino Francés saliendo desde O Cebreiro y cubriendo los 160 kilómetros que la separan de la capital de Galicia en 6 días.
Es imprescindible adquirir la credencial del peregrino para poder ir sellando en tu paso por las posadas, restaurantes, iglesias y cualquier lugar durante tu camino. Tiene un valor de 2 euros y la puedes conseguir en las Asociaciones de tu ciudad o nada más empezar el camino en algún bar o albergue. No te olvides de sellar al menos una vez en el día y cuando pases Sarria desde el Camino Francés dos veces. Sino no podrás conseguir tu Compostelana.

Comencé el Camino de Santiago en solitario un 4 de septiembre a las 06.30 horas de la mañana bajándome de un autobús que me dejó en Piedrafita. Lo sé, una locura. Pero ya que iba a hacerlo, lo hacía bien. Desde la estación Sur de Autobuses de Madrid (Méndez Álvaro) sale un bus a las 00.30 horas que te apea en esta localidad a 4 kilómetros de O Cebreiro. La cual puedes realizar andando o en un autobús urbano.
Pensaba hacerlo andando puesto que tenía tiempo pero hay que tener en cuentas a qué hora amanece. Hasta las 07.30 horas no amanecía y si no tienes valor y una buena linterna, mejor esperar. (Al ser el principio de mi aventura me quedé con una nueva amiga, Teresa, tomando un té hasta el amanecer. En las siguientes etapas como una valiente salí de madrugada).
Finalmente mis cinco etapas fueron las siguientes:
- O Cebreiro – Samos (33 kilómetros)
- Samos – Portomarín (33 kilómetros)
- Portomarín – Melide (41 kilómetros)
- Melide – Pedrouzo (31 kilómetros)
- Pedrouzo – Santiago de Compostela (20 kilómetros).

Cómo hacer la maleta para el Camino de Santiago en solitario
Tanto si pesas más de 50 kilos como sino, lo recomendado es no exceder los 5 kilos de peso en tu maleta. Y digo esto porque se lee por ahí que no excedas el 10% de tu peso corporal. Yo como no quería imposibilitarme y caminar a gusto fue muy metódica para preparar mi macuto y llevarlo siempre conmigo. La mía pesaba 5,5 kilos con los palos de andar incluidos.
Actualmente Correos dispone de un servicio que te transporta la mochila desde la localidad de la que sales hasta la que llegas. Así, sea la hora que sea a la que llegues al destino donde has pensado pernoctar, tendrás tu equipaje. Este servicio cuesta unos 20 euros para todas las etapas (dependiendo desde dónde salgas).

Como yo quería hacer el Camino de Santiago en solitario tanto de personas como de objetos materiales, elegí cargar con mis escasas pertenencias y disfrutar de la libertad de elegir dónde dormir y cuándo sin preocuparme. Digo esto porque fui cambiando las etapas sobre la marcha, y no habría sido posible si lo llevase concertado. Tú mismo 😉
Mis imprescindibles para la mochila:
- Saco de dormir ligero (entre 300 y 400 gramos): Sí, es imprescindible si piensas dormir en albergues tanto públicos como privados. No siempre tienes sábanas y a veces no están muy limpias.
- Mochila vacía: Elige una mochila que sea ligera cuando esté vacía. Procura que no exceda el kilo de peso y que sea cómoda para ti. Yo elegí esta de 20 litros.
- Ropa: Depende la época del año abultará más o menos. En mi caso mi equipamiento fueron 2 camisetas de algodón de manga corta, un pantalón desmontable, un pantalón corto de deporte, dos pares de calcetines, dos braguitas, dos sujetadores, un forro polar finito (si tienes uno que también sea chubasquero eso que te ahorras), un chubasquero fino y ligero, unas chanclas, un pijama finito. Yo cambiaría el pijama corto por un pantalón largo para vestir por las tardes/noches en el pueblo y usar la camiseta del pijama en ese mismo momento. Tener algo limpio que ponerte cuando te duchas es un placer.
- Neceser: cepillo y pasta de dientes, hilo dental, crema protectora, crema hidratante de rostro, cuerpo y desodorante.
- Botiquín: betadine, gasas, esparadrapo, hilo y aguja. Sí, fundamental para las ampollas. Hazme caso, es mano de santo.
- Frontal de luz: en vez de linterna hazte con un frontal para no tener las manos ocupadas dentro del alojamiento mientras preparas el macuto y utilizas la luz roja. Y así de madrugada puedas salir a andar sin problemas.
- Pastilla lagarto o de lavadora: fundamental para lavar la muda que uses durante el día. Si hace malo y no secó por la noche la puedes colgar de tu mochila con imperdibles. No olvides meter un par de pinzas de la ropa para tender.
- Medicamentos: además de los que tengas que usar habitualmente elige un antiinflamatorio fuerte y algo para el dolor como el paracetamol.

Dormir en albergues en el Camino de Santiago en Solitario
Si te digo la verdad no tenía nada de miedo de dormir sola en albergues de la Xunta. Había leído que en los públicos y en los parroquiales no se puede reservar y te asignan una litera en orden de llegada. Lo que sí que tenía miedo era de no tener cama disponible. Sin embargo esto es un miedo irracional, puesto que en las fechas en las que hice el viaje no había tanta afluencia de personas. Hasta llegar a Sarria se pagaba la voluntad y a partir de ahí hasta Santiago tenían un precio de 6 euros la noche. Y en Pedrouzo de unos 8 euros.
Mi primera noche me alojé en el Albergue del Monasterio de Samos, un enclave mágico donde pagué la voluntad y pude conocer a mi segunda estrella del camino, Vanesa. Tuvimos suerte de pasar una noche muy tranquila siendo apenas unos 10 peregrinos en toda la estancia. Quizá sea el alojamiento más destartalado y viejo. Pero como era mi primera noche y estaba derruida, fue mágico.

La segunda noche la pasé en el Albergue Público de Portomarín donde ya pagué 6 euros. Y en esta ocasión me dieron una sábana bajera y una funda de almohada de usar y tirar. Este albergue no me gustó nada por tener las literas muy juntas y no disponer de apenas servicios. Además éramos bastantes y no conseguí sentirme arropada y cómoda.

Como fui haciendo amigos a lo largo de mi aventura me iban recomendando cosas y en Melide lo ideal era pagar por uno privado. El elegido fue el Albergue O Cruceiro que me encantó. Nos asignaron una habitación de chicas de 10 plazas, de las que solo ocupamos 4. El precio por noche eran 10 euros y me pareció muy barato para lo cómoda que me encontré. Cada litera tenía una lámpara, mesita de noche, taquilla, sábana y funda de almohada. Zona de tender la ropa y detergente. En mi opinión, la mejor opción.

Por último, la cuarta noche de El Camino de Santiago en solitario la pasé en el Albergue REM en Pedrouzo. ¡¡Una maravilla!! También era privado y su precio eran 12 euros la noche, que se pagan con mucho gusto. Cuando llegué pasaban de las tres de la tarde y mi tendinitis tibial me estaba matando. Tuve tanta suerte que me asignaron una de las dos habitaciones privadas de las que dispone el alojamiento. Son para cuatro pero el destino decidió que la única compañera fuese Francesca, mi tercera joya. Nos pasamos hablando en inglés como dos horas y la gratitud que sentí no tiene precio.

Este albergue lo regentan un padre y su hija que lo tienen super equipado y limpio: zona de comedor con todo el menaje, microondas, nevera, lavandería con detergente, zona de tender con pinzas, baños con duchas y utensilios de baño, plantas, flores, habitación con sábanas, pufs…
En los albergues privados puedes llamar para reservar una cama si crees que va a haber mucha afluencia de personas o vas a llegar algo tarde. Ten presente que más tarde de las 19.00 horas no suelen recibir a más peregrinos.
Dónde comer en el Camino de Santiago en solitario
Tanto si viajas solo o acompañado no vas a tener problema con las comidas. Si eres nuevo por aquí comentarte que mi alimentación se basa en materias primas sin procesar, ingredientes naturales, sin gluten, sin azúcares añadidos y sin lactosa. Si te interesa más sobre esto te dejo mi post sobre la alimentación intuitiva que practico, mis intolerancias alimenticias y por qué comer de todo sí es saludable.
Pero frente a todo esto se puede comer muy sano y rico sin problemas durante el peregrinaje. Durante todo el trayecto verás una amplia oferta de restaurantes que ofrecen el Menú del Peregrino a un precio muy asequible (suele rondar los 10 o 12 euros). En las ocasiones que lo pedí de primero elegí el caldo gallego compuesto por patatas cocidas, alubias, repollo y un caldo de pollo muy revitalizante. De segundo elegí pollo a la plancha y pescado al horno.

Quiero hacer un par de recomendaciones gastronómicas super acertadas. Una es la Pulpería Garnacha, en Melide. Donde me metí entre pecho y espalda una ración de pulpo a feira, una ración de cachelos (patatas) y una maxi ensalada para mí sola. ¡¡Super recompensa!! Y la otra es el restaurante Abe&Pau en Portomarín donde disfruté de una deliciosa dorada al horno por un precio irrisorio.

Y como tip viajero, recomendarte que pases por el supermercado de la localidad donde vayas a dormir para abastecerte de fruta, frutos secos, jamón serrano, pan si consumes, etc. En mi caso, en dos ocasiones comí por el camino haciendo «pic nic«. Elegí tarrinas de arroz cocido, judías verdes y bonito en aceite de oliva. Incluso de postre un día conseguí una tarta de Santiago de chocolate. A Granxa de Tato es un oasis de alimentos ecológicos, bio y sin gluten.

Experiencia personal en el Camino de Santiago en solitario
La experiencia en el Camino de Santiago en solitario ha sido espectacular. He aprendido muchísimas cosas y he sido consciente de lo valiente y poderosa que puedo ser. No voy a negar que algunas cosas no han sido maravillosas pero eso es parte de la vida. Gracias a Vanesa y nuestras infinitas horas de charloteo, llegamos a la conclusión de que las etapas del camino son muy similares a la vida misma:
- Todo llega si tienes la paciencia suficiente.
- Cada cosa tiene su tiempo.
- Si eres constante lo conseguirás.
- Las personas van y vienen y si tienen que volver, volverán.
- Céntrate en lo que haces ahora porque una vez que pases, no volverás.
- Sigue tu ritmo y sé consciente de tus sensaciones. Nadie va a beneficiarse más que tú.
- No compitas contra nadie ya que los éxitos o fracasos los recibirás en función de tus sensaciones (no de la de los demás). Por lo tanto, no hagas nada que no salga de lo más profundo de ti.
- Aprende a decir que NO. Reclamar tu espacio, tus momentos y tus apetencias te dan seguridad y autoestima.
- Agradece, valora, ayuda, coopera y sé bondadoso. Las personas responden mejor cuando les une una meta.
- Mantén la mente abierta para conocer y experimentar experiencias nuevas.
- Enfrenta tus miedos y supéralos.
- Viaja ligero y no tengas miedo de improvisar. Dejar que la vida te sorprenda es un regalo precios.
Algo que me enamoró son los mensajes que los peregrinos van dejando en los muros. Uno me llamó especialmente la atención: «El miedo es parte del juego«. ¿Le vamos a dar tanta importancia?

La anécdota más didáctica en el Camino de Santiago en Solitario
Por último, quiero contarte una de las anécdotas más alucinantes de mi viaje (para mí). La última mañana decidí dejar el albergue a las 06.00 de la mañana para llegar a Santiago de Compostela sobre las 10 de la mañana. En las tres madrugadas anteriores no tuve la necesidad de salir sola porque me encontré con otros compañeros en el camino y me uní a ellos hasta que amaneciese (sobre las siete y media). Esa última mañana no tuve la suerte de encontrarme con nadie y aunque muchos peregrinos transitaban esa parte, no me los crucé. Acompañada de mi linterna me interné en el bosque y caminé entre la oscuridad más profunda durante cuatro kilómetros y medio.

Prometo que no sabría decirte si fui valiente o inconsciente. Pero cuando me vi entre volver a la luz de las farolas y la oscuridad más absoluta pensé en esperar a que pasase alguien y que me rescatara. Pero una energía más poderosa me invadió. Y me dije: «si te has levantado tan pronto y has llegado hasta aquí, ¿vas a hacer lo de siempre y a dejar que sean otros los que decidan por ti?». Así que me armé de valor y me puse a caminar sin pensar. Reconozco que pasé mucho miedo y mi corazón no dejaba de latir. Se me pasaron muchas cosas por la cabeza, pero lo conseguí. Y no existe mejor sensación que la recompensa de haberlo logrado.

¿Cuál ha sido tu mayor logro? Si quieres, cuéntamelo en los comentarios y compartimos éxitos. Muchas gracias por un martes más y haberme acompañado en mi experiencia por el Camino de Santiago. NAMASTÉ.

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¡Me ha encantado el post, las fotos y la experiencia! Gracias por compartir, bonita mía <3
Gracias Miss Baronísima. ME alegro que te guste. Un beso enorme
En esos dias has conjugado con éxito muy diversos verbos: enfrentar, decidir, sufrir, gozar, conocer, conocerte, arriesgar y sobre todos, LOGRAR.✌
Yo viví a tiempo real tus «andanzas», con emoción y orgullo…maternal.👩👧
Gracias mami, realmente fue una gran experiencia. Me sentí libre, valiente e independiente. Ojalá pronto realice otro viaje en solitario 🙂