Tener intolerancia alimenticia hoy en día es muy común y todos hemos escuchado eso de «no puedo comer gluten«. Pero quien dice gluten puede referirse a lactosa, huevo, determinadas frutas, verduras, carnes, legumbres… Ser intolerante a algún alimento no quiere decir que seas alérgico. Sino que suele ser una respuesta no inmunológica a reacciones enzimáticas, mecanismos farmacológicos o indeterminados. Cuyos efectos se producen de forma progresiva como los de la alergia, pero con menor impacto.
¿Cómo saber si eres intolerante? Cada individuo reacciona de diferente manera a los mismos alimentos. Y lo que es bueno para uno es dañino para otro. Y al revés. Las reacciones más comunes de una intolerancia alimenticia suelen estar relacionadas con dolores de cabeza, estómago, diarreas, sobrepeso, fatigas, problemas de piel, inflamación de articulaciones…
¿Por qué decidí hacerme un test de intolerancia alimenticia?
En el post sobre mis herramientas para superar la Dermatitis Atópica os cuento que llegados a un punto donde mi salud estaba en el límite, decidí acudir a un osteópata para que me ayudase. Lo primero que me comentó es que la salud gastrointestinal tiene que estar muy sana. Que debemos eliminar las heces diariamente y hacerlo de forma saludable. No somos conscientes de las toxinas que acumulamos en el cuerpo si no vamos regularmente al baño. Si no logran salir por el aparato excretor lo harán a través del sudor, de la sangre y se filtrarán al resto del cuerpo.
Por aquel entonces yo era muy reacia a creerme estas cosas. Estaba muy obcecada en que las medicinas tradicionales me curarían y lo demás eran tonterías. Pero como estaba desesperada, le hice caso. El primer paso fue solicitar una analítica de sangre para conocer si tenia alguna intolerancia alimenticia y comenzar con el protocolo de desintoxicación.
A continuación, también me recetó unos comprimidos de probióticos para tomar durante dos meses. Y una ciruela pasa en remojo por las mañanas. Era fundamental sanar mi flora intestinal para observar cambios paulatinamente. A día de hoy voy al baño una vez al día a la misma hora y de una forma muy saludable 🙂
¿Dónde hacerse los análisis de intolerancia alimenticia?
Desde Instagram me han llegado muchas preguntas sobre dónde hacerse este tipo de analíticas, si sirven las de saliva, pelo, glándula del timo… Deciros que para tener una idea aproximada de lo que os puede estar haciendo daño, lo mejor es un análisis de sangre. A mí me pilló de vacaciones en Vigo, Pontevedra, y uno amigos nos recomendaron un laboratorio privado que hacía este tipo de pruebas. Acudí allí sin cita previa y me extrajeron la sangre en varios tubos. Como vivo en Madrid, me hicieron llegar los resultados por correo electrónico. Corría el año 2011 y el precio fue de 220 euros.
Soy consciente de la información que corre acerca de la «estafa»con este tipo de pruebas. Pero investigado y hablando con algunos nutricionistas me han asegurado que la analítica de sangre es una de las pocas que puede valer. Digo «puede valer» porque depende la etapa de tu vida en la que estés, el abuso que hagas de algún alimento y de tus circunstancias. Puedes repetir la misma prueba unos años después y descubrir algunos resultados diferentes. Pero vamos por partes.
A cuento de dónde hacerse una analítica de intolerancia alimenticia, a mí me recomendaron los Laboratorios de Sanitas. Yo no he acudido ni sé el precio. Pero conozco de la existencia de descuentos por pertenecer a la sociedad médica. Quizá alguien por aquí tiene más información y podríamos ayudarnos entre todos.
Tengo intolerancia alimenticia, ¿ahora qué hago?
Cuando recibí mis resultados del test de la intolerancia alimenticia me quedé a cuadros. El positivo que descubrí al lado de ciertos alimentos era ante todo esclarecedor. Y sentí alivio al darme cuenta de que algunos de ellos ya los tenía identificados como «dañinos». A veces no somos conscientes de que cuando comemos una determinada cosa aparece un síntoma. Dolor de cabeza, diarrea, estreñimiento, insomnio… Pero si nos paramos a pensar y a escucharnos un poco, descubriremos mucho más y quizá no sea necesario recurrir a estas pruebas.
El protocolo de desintoxicación al que aludía mi osteópata era muy sencillo: eliminar de forma radical todos los alimentos a los que era sensible durante al menos dos meses enteros. Puesto que la presencia de ellos sigue activa en nuestro cuerpo durante unos cuantos días más después de su ingesta. Así que cumplí a rajatabla esta premisa e hice una «dieta» durante 60 días. Los resultados no tardaron en aparecer.
Si tenéis curiosidad por saber a qué soy intolerante (o al menos en aquella época de 2009) seguid leyendo. Cereales: trigo, trigo sarraceno, maíz, gluten, levadura de cerveza y levadura de pan. Pescados y mariscos: mejillón, ostra, almeja, sepia, pulpo y calamar. Frutas: piña. Frutos secos: avellana. Lácteos: clara de huevo, yema de huevo, leche de vaca, cabra y oveja. Verduras, hortalizas, carnes, cacao, granos, tés y demás, libre de intolerancia.
Un dato curioso: me dio positivo al gluten pero negativo al centeno, cebada y avena. Y a día de hoy los consumo sin problemas porque no me hacen daño.
Una vez superé mi sorpresa a ciertos resultados, me di cuenta de que no iba a ser tan complicado alimentarme. Pero tendría que ponerle ganas. Ya que por aquel entonces yo era adicta a la leche de vaca, a los cereales de todo tipo, a los quesos y ¡¡a la levadura de cerveza!!
¿Volveré a comer «mis positivos» en la intolerancia alimenticia?
Yo diría que sí y no. Cada uno de estos alimentos producen algo diferente en nuestro organismo y todos tienen un grado de positivo. Además, para llegar a conocerse muy bien y saber qué respuesta tienes para cada uno de ellos, necesitas mucho tiempo y ganas.
Una vez pasa el protocolo de desintoxicación, llega el momento de ir introduciendo de uno a uno y muy paulatinamente cada alimento para comprobar ese efecto y grado. Conocer si es compatible con tu día a día. O si por el contrario la reacción producida es aquella que quería evitar sí o sí. Os pongo un ejemplo, en mi caso todos los lácteos me hinchan y me producen muchos gases. Tantos que no soy capaz de respirar ni ponerme derecha por el dolor. Es un síntoma automático. En el caso de los cereales tengo más dudas. Tanto el trigo como el trigo sarraceno me estriñen y me dan pinchazos en la zona derecha del intestino. Pero no siento una reacción directa con la espelta, el kamut o el maíz.
Sabía antes de hacerme el análisis que cuando comía sepia, pulpo y calamar no hacía la digestión. O la notaba muy pesada. Me tiraba horas con el estómago paralizado. Y me gustó saber que ese positivo tenía una relación directa con mis sentimientos.
El caso de la levadura de cerveza es muy curioso. Por aquel entonces estaba tomando un suplemento varias veces al día por ser beneficioso para la piel, uñas y pelo. Y sin saberlo, me estaba dañando día tras día. Os prometo que fue eliminar todo a lo que reaccionaba y el resultado fue una pasada.
Por último, los huevos los consumo a diario y no siento ningún síntoma negativo en mi organismo. No digo que no sea así y yo no lo note o no sepa identificarlo. Soy muy consciente de las reacciones de los alimentos en mí y en este caso, no noto nada. Por lo que el consumo de los que me sientan bien no lo restrinjo y no le hago caso a este análisis. Ya os decía que nuestra predisposición puede ir cambiando con el tiempo y con la exposición que hagamos a cada alimento.
¿Cuáles son las mejoras después del protocolo de desintoxicación?
En mi caso, después del primer mes empecé a notar mejorías aceleradas. Corría el mes de agosto y ya tenía mucha energía, no sentía fatiga ni ganas de dormir constantemente. Me sentía vital y entusiasta. Recuperé las ganas de divertirme y de hacer cosas. Tened en cuenta que en el año 2011 yo tenía 23 años y me estaba perdiendo muchas cosas. Y mi Dermatitis Atópica aún me acompañaría hasta finalizar octubre de ese año. Pero no ha vuelto a visitarme de esta manera salvo pequeños episodios sin importancia. Además, adelgacé 10 kilos en los seis meses posteriores gracias a la pérdida de líquidos retenidos por la cortisona y otros medicamentos.
Por supuesto que mi objetivo nunca ha sido estético, siempre me he centrado en la salud y el bienestar. Cuando desde muy pequeño atraviesas etapas complicadas de salud es lo que más echas de menos. En mi caso no lo pierdo de vista. Por ello, no os centréis en adelgazar o tener una determinada figura. Sino centraros en el bienestar, en la respuesta del cuerpo a lo que le das. Las palabras que le dedicas y la energía con la que te tratas. Vamos a ser más flexibles con nosotros mismos y a disfrutar del camino.
Gracias por leerme un día más mis bellis. Me siento muy feliz de poder compartir con todos mis experiencias y vivencias y que os ayuden a más de uno. ¡¡Nos leemos!!
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Me ha gustado mucho leerte. Yo fui a un digestivo y me dijo que estaba mal de la cabeza que fuera a un psicólogo… yo si noto como tú alimentos que me sientan bien y que me sientan mal… sigo en la lucha de sanar mi cuerpo. Voy a una naturopata, me ha quitado algunoa alimentos y mucho mejor.
Muchas gracias por tu comentario, me hace mucha ilusión compartir mi experiencia y que os ayude. Me alegra saber que no te rindes y que sigues buscando ese bienestar. Sigue por ahí que vas a lograr tu estabilidad. Un abrazo