La esperanza de vida saludable y el estado de salud físico y mental con el que llegamos a la edad de oro merece el post semanal. En una de las clases de mi formación como Técnica Superior en Dietética vimos la importancia de la calidad de vida de las personas. Parece una perogrullada máxima. Pero no es así. Quien más y quien menos sufre una patología de mayor o menor gravedad. Algunas limitantes e incapacitantes y otras silenciosas que te merman poco a poco. Como nuestro amigo el estrés.
«Hay dos formas de estrés muy diferentes. El eustrés que es el positivo y el distrés que es extremadamente dañino».- Dr. Mario Alonso Puig en el podcast de Cristina Mitre.
Y precisamente todas estas patologías, síndromes y consecuencias de nuestra sociedad nos limitan e impiden que disfrutemos de un estado de salud positivo. Y sobre todo, la manera en la que vamos envejeciendo. Cosa que me parece clave. Cuando me han preguntado o se han «metido»conmigo por mi estilo de vida y mis #HábitosFelices y saludables, yo solo puedo responder una cosa:
Me cuido, me mimo, me mantengo en forma, me alimento conscientemente y me autoquiero mucho porque quiero vivir saludablemente el resto de mis días. Me apetece ser independiente, ágil, enérgica e independiente cada uno de los días que me quedan en este mundo.
La importancia de la esperanza de vida saludable
Por ello, es más importante hacer referencia a una esperanza de vida saludable y no solo esperanza de vida. Puesto que no es igual vivir sano, que sobrevivir. Además, en el contexto actual en el que nos encontramos tras el padecimiento de la pandemia, ha quedado en evidencia que nuestros mayores ni están protegidos, cuidados ni en condiciones óptimas de vivir sus últimos años felices.
Creo fielmente en un estilo de vida saludable que englobe la alimentación, el ejercicio y actividad física, el entrenamiento cerebral. la gestión de las emociones y la destreza en las relaciones sociales. Incluyendo la dosificación de la nueva forma de comunicarnos a través de dispositivos digitales y redes sociales.
Mis imprescindibles para mejorar el estado de salud
- Alimentación equilibrada y saludable: una dieta variada, sana y acorde con cada estilo de vida es fundamental para alcanzar los estándares de bienestar que deseamos. Somos lo que comemos y nuestras células se nutren de los alimentos que ingerimos. Vamos a darle la importancia que se merece y escojamos hacerlo desde la cordura y la razón.
- #HábitosFelices: desde mi EBOOK «30 días de #HábitosFelices» comparto un montón de prácticas que nos ayudan a (re)conectar con nuestra esencia, a vivir de forma lenta y dando importancia a las cosas que verdaderamente la tienen. ¡Consíguelo desde aquí!
- Entrenamiento cerebral y constante formación: por favor, no dejemos nunca de acostarnos sin saber algo nuevo. Leamos, curioseemos, estudiemos y formémonos en temas variados para mantener la mente igual de ágil que el cuerpo. El cerebro es un músculo que necesita estímulos y ahora tenemos la suerte de disponer de un montón de herramientas para ello.
- Actividad física regular: el ejercicio físico es otro de los pilares innegociables para disfrutar de una esperanza de vida saludable. Todos los días muévete sin excepción. Pero haz aquello que más te guste: anda, baila, corre, nada, brinca, juega, pasea, entrena, boxea, escala… lo que sea, ¡pero hazlo!
- Gestión de las emociones: trabajar en conocernos y querernos es una tarea muy complicada. Llevamos muchas décadas aletargados sin prestar atención a las emociones y sentimientos. Si necesitas ayuda, contacta con un profesional. La terapia es a la mente como el agua para el cuerpo, ¡vida!
- Interacción consciente con el entorno: las nuevas tecnologías y formas de relacionarnos avanzan a pasos agigantados. El ser humano va un pasito por detrás de esta vorágine de información y tenemos la responsabilidad de poner límites y establecer hábitos saludables. Utilizar las innovaciones en nuestro beneficio sin renunciar a las grandiosas cosas de la vida.
- #Autocuidado: conecta con tu esencia, con tu niño interior, con tu propósito de vida y hazlo desde el cariño, respeto y compasión.
Espero y deseo que estos pequeños consejos los podamos aplicar en nuestro día a día y lleguemos a nuestros últimos momentos saludables, ágiles, enérgicos y muy muy FELICES. Muchas gracias por leerme un martes más mis bellis. NAMASTÉ.
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