Qué hacer en Ella, el centro de las Tierras Altas de Sri Lanka. Si viste nuestro itinerario de viaje te habrás dado cuenta que decidimos pasar dos noches en este destino. Hay tanto que hacer en esta localidad que si tienes suerte, como nosotros, y te hace buen tiempo, no podrás decidir.

La subida a Ella Rock es el reclamo por excelencia del destino. Es una ruta popular que suele llevarte unas 5 horas y recomiendan salir bien temprano por la mañana. Comparto todo lo que puedas leer en otros post sobre qué hacer en Ella en relación a las indicaciones de los locales. Pretenden despistarte para sacarte alguna propina después de ayudarte a ubicarte. Nosotros decidimos no hacer esta caminata porque hacía bastante humedad, calor y queríamos descansar y disfrutar de la zona.
Qué hacer en Ella: subida a Little Adam’s Peak
Si no tienes ganas de hacerte una ruta tan larga, tienes a su hermana pequeña: la subida a Little Adam’s Peak. Un pequeño paseo facilito de una hora aproximadamente desde el centro de Ella. En teoría es muy sencillo llegar: bajar por la carretera de Passara hasta ver el Ella Flower Garden Resort y seguir por su derecha. Después del indicador de 1 kilómetro tomar la senda de la izquierda. Cuando logramos llegar al mirador nos pareció realmente fácil. Pero nos perdimos.
Lo que pensamos que nos llevaría una hora como mucho se convirtió en dos. Tan felices siguiendo las indicaciones de Google que nos despistó y nos adentramos en plenas plantaciones de té y nos cruzamos con los tamiles que acababan su turno. Fue realmente bonito disfrutar en solitario por esos caminos. Además, en el centro de Ella nos encontramos con un pequeño perrito famélico a punto de fallecer. Le bauticé como Merlín. Y después de darle agua y almendras (no teníamos más comida). Se quedó a nuestro lado fielmente.
Una de las cosas más negativas del país es la cantidad de perros callejeros que hay. La hambruna que pasan y el escaso (o nulo) control sobre su natalidad. Se nos encogió el corazón con todos ellos.

Debido al altercado de nuestra pérdida no paramos de sudar y de pasar calor. Al final, dimos la vuelta y descubrimos el camino fácil. Nos reímos mucho y nos tomamos el percance como una aventura. Por eso, decidimos que al día siguiente mejor no iríamos hasta Ella Rock, por si acaso.
¿Qué hacer en Ella entonces? Pues lo mejor es observar Ella Rock desde allí, al igual que la vista de la Lion Rock desde Pidurangala. Y si te pasa como a nosotros y no hay nadie, te sentirás como en un planeta desierto. Cuando llegamos al hotel me di cuenta de que me había quemado. Por favor, usa protección solar 😉

Qué hacer en Ella: Nine Arch Bridge
Otro de los imprescindibles si te preguntas qué hacer en Ella es la visita al Nine Arch Bridge. Un puente conocido como el «Puente de los nueve arcos» o el «Puente en el cielo» y es un claro ejemplo de la construcción de los ferrocarriles coloniales de Sri Lanka. Lo que tiene de especial es la gran cantidad de vegetación y montañas de su alrededor que permite contemplar la salida del tren desde sus entrañas. Realmente embriagador observar el convoy venir hacia ti desde la nada.
Ten presente que el tren pasa dos veces al día: uno antes de las 14.00 horas y otros a las 15.30 horas. Y desde el centro de Ella tardas unos 25 minutos en llegar a las mismas vías (si no te pierdes).

En el mismo camino hacia el Pico de Adam encontrarás unos carteles con el nombre del puente y tendrás que adentrarte en la jungla por un camino descendente de maleza. Toda una aventura. Sobre todo si vas con el tiempo justo y tienes que correr cual George de la jungla.
Yo no me quería perder el espectáculo de ninguna de las maneras así que puse pies en pólvora y justo cuando el tren salía de la montaña lo pude apreciar a la perfección (qué pena que no pueda compartiros el vídeo que grabó mi chico desde la ladera conmigo en miniatura corriendo). Él decidió quedarse allí y se lo agradezco muchísimo, pues no habría podido ver el espectáculo si no lo hubiera grabado.

Qué hacer en Ella: alojamiento y servicios
El alojamiento que elegimos es el Ella Okreech Cottages, unas cabañas en lo alto de una ladera a dos escasos minutos del centro. Fue recomendación de mi amiga Montse y no se equivocó. Una vez sales de la estación de tren caminas 10 minutos por el poblado y llegas a la ladera donde están las cabañas. Tienen unas seis habitaciones con balcón, baño y unas vistas preciosas. Al no haber nadie más alojado allí tuvimos la suerte de dormir en la más alta y en la más alejada. Un paraíso por solo 70 euros dos noches con desayuno en una terraza privada con vistas a las plantaciones de té.
Para conocer todos los precios en detalle del viaje, alojamientos y comidas no olvides pasarte por aquí donde te lo cuento todo.

Mi amiga me había comentado que en estos alojamientos no tenían servicios de comidas. Pero debido al atentado del mes anterior, que provocó un terrible descenso de turistas, los propietarios nos preguntaron si deseábamos el desayuno. Fue un gesto muy hospitalario para sentirnos más cómodos. Además, el desayuno fue muy variado y saludable. Lo concretábamos a una hora y los teníamos listo. Así como el servicio de lavandería que gestionamos con ellos.

Lo más divertido de todo es que nuestra ropa olía a ahumado de las hojas de platanero. Era época de quemar las hojas y todo Ella tenía aroma de incienso. Nuestra ropa la tendieron al aire y nos llevamos mucho más en nuestra piel de lo que pensábamos. Por 6 euros nos lavaron 4 kilos de ropa y nos la dejaron en la habitación.

Dónde comer saludable en Ella
Algo que me sorprendió mucho en Sri Lanka es la variedad de comida que encuentras y lo saludable que es. Mi restaurante favorito de la localidad fue el Chill Café. Un local muy bien ambientado, con terraza de madera, música chill y una atención exquisita.
Tengo que reconocer que llevaba muchos más elegidos pero debido a los atentados no había muchas cosas abiertas. Una pena porque te das cuentas de que los cingaleses viven del turismo y altercados así echan al traste con su desarrollo.

Como me encantó el Stir Fry Chicken con arroz basmati tanto, convencí a mi chico para volver a la noche de nuevo. Este plato consistía en pollo asado, arroz basmati y muchas verduras al wok. Ese día también pedimos un Hydrating Juice (smoothie verde con apio, manzana y coco). Y a la noche un Lamprais (hojas de plátano envolviendo arroz, pollo, huevos y verduras al curri). ¡¡Delicioso!!
La cuenta de una de estas comidas fue de 2.100 rupias (ni 11 euros los dos).
Reflexiones y vivencias en las Tierras Altas de Sri Lanka
Pues disfrutar durante dos noches de Ella fue una decisión muy acertada. Al principio creíamos que no era necesario emplear «tanto» tiempo si no íbamos a subir a Ella Rock. Pero nos equivocamos o acertamos ;). Parte de este viaje es descansar y aprovechar el silencio, la soledad, la naturaleza y lo esencial que te ofrece el país.

Qué hacer en Ella después de todas estas actividad… Disponer de una cabaña de lujo en lo alto de la montaña donde apreciar la vasta extensión de vegetación, despertarte con el rezo del templo, desayunar con los pies en la hierba, oler las especias y el curri. Moverte ligero al vals de la brisa y conectar con tu interior. Sinceramente, no tiene precio. Me siento super agradecida de esta experiencia y te la recomiendo enormemente.
«Un olor a especias y a frutas. A cedro arrastrado por un viento cálido«.- Rosamunde Pilcher en «El Regreso».
Y tras el último desayuno de campeones nos dirigimos de nuevo al tren para trasladarnos a nuestro siguiente destino: Haputale y sus plantaciones de té. ¿Te quedas a vivirlo? Nos leemos el próximo martes. GRACIAS por acompañarme. NAMASTÉ.
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Oye, basta ya de poner los dientes largos!!! Qué pasada de post y de viaje!
Tenemos que hacer un viaje juntas a la otra punta del mundo, ¿no?