Mirissa fue nuestra elección de costa en el viaje a Sri Lanka. Al organizar el viaje dudamos mucho si pasar unos días en la playa de Bentota o decantarnos por Mirissa, en el extremo sur de la isla. Como existen diversidad de opiniones y de criterios, decidí seguir mi intuición después de preguntar y de empaparme de todas las opiniones. Y a día de hoy te aseguro que no nos equivocamos.
Después de terminar con nuestro fantástico safari por el Parque nacional de Udawalawe y reponer energía tras el desayuno, alquilamos un taxi que nos llevó directos a nuestro hotel en la playa de Mirissa. El trayecto duró dos horas y nos costó 7.000 rupias (34 euros).
Qué hacer en Mirissa, playa paradisíaca en Sri Lanka
Como imaginarás, en Mirissa lo mejor que puedes hacer es relajarte en la playa, beber king coconut, bañarte, comer y disfrutar, básicamente. Sin embargo te dejo un pequeño apunte de las actividades a las que te puedes dedicar en la zona. Te recomiendo que no te canses de pasear por la playa bordeando el Cabo para ver la bahía de Weligama al anochecer y al amanecer. Lo siguiente que puedes hacer es acercarte al puerto de Mirissa y contemplar los barcos de colores.
Una de las fotos más características que verás en la playa de Mirissa es desde la islita de Rock View, que se puede cruzar cuando la marea está baja. Tiene unas escaleras de madera un poco inestables pero que aguantan perfectamente. En la cima de la montaña hay una vegetación preciosa que contrasta con el color ocre de la arena. Es una delicia que la brisa recorra tu piel mientras posas tu mirada en el paraíso.
Además, la otra foto mítica de esta plaza es desde el Coconut Tree Hill, una pequeña colina bañada en palmeras donde contemplarás un amanecer y una tardecer indescriptibles. Eso sí, madruga y acude cuando no haya demasiado turistas.
Nosotros no pudimos acercarnos al Sri Lanka Navy, un centro de rehabilitación de tortugas completamente gratuito. Pero suena demasiado interesante. Si te acercas tú, no dudes en contarme tu experiencia. Y si te apetece seguir visitando templos, en Mirissa tienes el Ragnagiri Hilltrop.
Dónde alojarse en Mirissa, sur de Sri Lanka
Nuestro viaje fue un mes después de los atentados de abril de 2019 y tuvimos la «suerte» de que la mayoría de turistas había cancelado sus vacaciones. Por lo tanto, disfrutamos de la playa de Mirissa como si fuera nuestra. Por este mismo motivo, la mayoría de locales y restaurantes no estaban abiertos. Keep calm, pudimos comer, cenar y beber algún que otro cóctel.
Nuestro hotel fue el Banana Garden, justo en la calle de atrás de la playa. Es un edificio con tres plantas y dos habitaciones por cada una de ellas. De color blanco y toques turquesa, con vistas a la playa desde la terraza. Una noche con desayuno nos costó 7.500 rupias (38 euros). Sin embargo, en uno de nuestros paseos por la orilla nos dimos cuenta de que alojarse en uno de estos hoteles o cabañas que dan directamente a la arena tiene que ser alucinante. Si puedes, hazte con una de esas habitaciones.
Una de las mejores cosas del hotel además de lo limpio que estaba, de la cama amplia y cómoda y de las vistas fue el desayuno. Ya sabes que me encanta alimentarme de manera saludable y en Sri Lanka pude hacerlo sin problemas. Una buena Sri Lanka omellete con verduras, mucha fruta, té, café y tostadas. Delicioso.
Qué comer en Mirissa
Como he comentado anteriormente, no tuvimos muchas opciones de comida por la baja oferta de restauración. Sin embargo, nos encantó el restaurante Petti Petti Mirissa, un local muy moderno, de «lujo». Con spa, piscina y música ambiente asombrosa. Quizá el precio de este local es algo más elevado que en el resto de Sri Lanka puesto que esta zona es muy turística. Al principio nos dio hasta angustia pero al volver a tomar conciencia de lo que costaba nos reímos mucho.
El menú del primer día en las mesas de la playa, con los pies sobre la arena, música y brisa fue un king coconut muy fresquito, gambas rebozadas con ensalada y pollo a la plancha con verduras y puré de patata. Súper rico y sabroso. El total de la comida fue de 3.000 rupias (14, 85 euros).
La cena también la hicimos en el Petti Petti Mirissa. Pero en esta ocasión nos decantamos por pescado a la plancha con puré de patata y verduras con salsa de tomate y calamares a la plancha con ensalada por 4.000 rupias (20 euros).
Como no quiero que te quedes con las ganas, te recomiendo que te acerques al chiringuito Papa Mango. Es un local de los de siempre que te deleitará con pescados a la plancha y mucha autenticidad. Ojalá tengas suerte y lo encuentres abierto. Y para finalizar, quiero recomendarte el restaurante No1 Dewmini Roti Shop que tiene comida buena, rica y barata un poquito adentrado en el pueblo con muy buenos comentarios.
Anécdota en Mirissa, vuelco al corazón y final feliz
Por motivos de tiempo y logística solo pudimos pasar un día entero en Mirissa con su respectiva noche. Y al medio día hicimos el check out y nos fuimos a comer. No voy a dar detalles de dónde almorzamos porque fue desastroso. Aquí fue la primera vez que notamos que estábamos en zona turística. Sin embargo, tengo que sentirme plenamente agradecida del buen corazón de los cingaleses. Sin darme cuenta me dejé olvidada la mochila donde llevaba mi libro electrónico y mi pasaporte. ¡¡Mi pasaporte!! Una hora después, cuando detecté la ausencia me fui corriendo hasta allí y los camareros me la devolvieron sonriendo. Creo que no existe mayor alivio y aprecio por la humanidad cuando recibes un acto de amor y respeto como este. GRACIAS.
Si quieres saber dónde fuimos tras abandonar Mirissa en un tuk tuk no te pierdas el próximo episodio del blog el martes que viene… Muchas gracias y NAMASTÉ.
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