Una vez superamos nuestro periplo en el país coreano en las ciudades de Busan y Gyeongju, decidimos coger uno de sus trenes bala para viajar a la capital del país. Decidimos dejar para el final del viaje la visita a Seúl para asegurarnos una buena combinación al aeropuerto el día de nuestra marcha. Y creo que fue una opción muy acertada. Decidimos alojarnos allí durante siete noches para conocer todos los imprescindibles de Seúl y mucho más. Y tanto que sí, yo diría que para conocer toda la ciudad con cinco días sería más que suficiente. Sin embargo, cuando viajas con un presupuesto ajustado, las fechas de los aviones determinan mucho los días de vacaciones.
Dónde alojarse en Seúl
A diferencia de los dos hoteles anteriores, en esta ocasión decidimos escoger un hostal en pleno centro de la ciudad. El elegido fue el K-Grand Hostel Myeongdong, en el barrio con el mismo nombre. Las calles de Myeongdong están abarrotadas de transeúntes, negocios, tiendas de lujo, cosmética, restaurantes tradicionales y modernos, puestos callejeros de suvenirs y productos gastronómicos. Es un hervidero de vida, de tradición y de cultura.
Nos decidimos por este alojamiento por su ubicación y por su precio. Por muy abarrotadas que estén las calles y la vida no se pare nunca, es ideal pasar unos días en el centro de Seúl. Y las habitaciones son muy silenciosas. No se escucha nada desde allí. La habitación era muy pequeñita, limpia, con nevera y una buena cama. Pero muy del estilo «cápsula» asiática. Sin embargo, yo no sentí esa sensación de necesitar más espacio. Me sentí muy cómoda y relajada.
El precio de la habitación nos incluía el desayuno «continental» que era a base de pan blanco de molde, huevos, leche, cereales de caja y zumo. Yo siempre tenía a mano mis piezas de fruta y algún que otro capricho para complementar la escasa «oferta». El personal fue muy amable con nosotros y disponíamos de lavadora y ordenador gratuitos para lo que quisiéramos.
Lugares imprescindibles de Seúl para visitar
Entenderás que la capital de Corea del Sur es una ciudad global cuando subas a lo alto de la Seoul Tower y asimiles sus dimensiones. Esta torre está construida en lo alto de una cima del Namsan Park. A la cual nosotros decidimos subir andando debido a nuestra inconsciencia con el terreno y las distancias. Os recomiendo subir en autobús, ya que el trayecto es bastante peliaguado. Lo ideal es ir por la noche para contemplar el atardecer e intentar adivinar el final de la ciudad, si puedes.
Para volver al centro después de un día muy intenso de caminatas, hicimos uso de una APP que nos salvó la vida. Os recomiendo descargaros en el teléfono CityMapper para moveros por los muchos destinos que tiene en uso. Muy práctica y actualizada para informarte de las paradas de metro y autobús en la que te encuentras. Sobre todo si es un alfabeto muy diferente al tuyo. Sin duda para apuntar en la lista de imprescindibles de Seúl.
Antes de visitar la torre, pasamos la tarde en el emblemático barrio de Itaewon, multicultural y exótico. Después de desprenderse de su mala fama, es la zona más internacional de Seúl. Donde confluyen muchas culturas entre sus restaurantes, tiendas y arte callejero. Ver una cabina telefónica inglesa con letras coreanas o un bar español con tapas picantes es algo muy divertido.
El arroyo Cheonggyecheon es una de las atracciones principales de la capital coreana. Consiste en un agradable paseo que discurre al lado del arroyo, donde disfrutar de un fresco atardecer o de una caminata de reflexión. Iluminación, estatuas, chorros de agua, puentes y un sinfín de detalles.
Recomendaros el barrio de Seodaemun para pasar una auténtica noche coreana con sus karaokes y luces de colores. Y acercaros hasta el barrio de Bukchon Hanok Village a ver las típicas casas coreanas entre sus callejuelas.
Los palacios imprescindibles de Seúl
Como no iba a ser menos, Seúl tiene muchísimos templos y palacios para visitar a un precio muy asequible y muy interesantes. Donde apreciar su cultura, historia y tradiciones. El Palacio de Gyeongbokgung es el principal de la capital. Y uno de los monumentos más importantes de la historia de Corea del Sur. Dispone de un total de 50 hectáreas y está lleno de estanques, senderos, esculturas y parques. Su entrada son unos 2 euros y necesitaréis varias horas para disfrutar de verlo entero. Merece la pena acudir temprano y evitar las horas centrales de calor en verano y el bullicio de los turistas.
Por otro lado, el Palacio de Deoksugung es el más pequeños de los cinco grandes que tiene Seúl. Y destaca por la mezcla de su arquitectura oriental y occidental. El edificio Borugak Jaguwongnu es un reloj de agua que se fabricó en 1536 y, aunque ya no está en funcionamiento, es una importante muestra de la historia.
El tercer palacio es el de Changdeokgung, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es un ejemplo perfecto de estilo arquitectónico de la Dinastía Joseon. Está compuesto por varios edificios, un jardín secreto y una gran cantidad de zona boscosa. Dicen de él que es el que mejor representa la cultura coreana. La visita de su jardín secreto te trasladará a otra época, recorriendo estanques, puentes y vegetación muy representativa.
El cuarto Palacio, el de Changgyeonggung, también se vio fuertemente afectado por la invasión de Japón. Donde construyeron un zoológico y un jardín botánico a su alrededor. El Palacio Gyeonghuigung fue construido aprovechando la geografía inclinada. Su importancia histórica lo hace sorprendente y solo se recuperó un 30% desde 1990.
Los templos imprescindibles de Seúl
En cuanto a los templos, destacar el de Bongeunsa por su ubicación entre los rascacielos de la ciudad creando un contraste maravilloso. Se encuentra en el prestigioso barrio de Gangnam, en frente de un centro comercial muy importante, el COEX Mall. Así como por la presencia de una gran estatua de Buda de 23 metros de altura, siendo la más alta del país. Muy recomendable su visita para empaparse de la paz y de la armonía del lugar.
Para continuar, el templo de Jogysa no es de los más importantes pero sí de los más bonitos. Por sus nenúfares, sus farolillos y por su esencia coreana. Quedarás prendido de su magia solo con acercarte para dar un pequeño paseo. El antiguo Palacio de Unhyeongung es el lugar escondido donde se celebra la ceremonia de la Boda Real. A día de hoy es un santuario muy pintoresco con varias salas representativas de la cultura coreana.
Para continuar, no puedo dejar sin mencionar el Santuario de Chongmyo. El templo de los ancestros. Una visita que no debe faltar en tu lista de imprescindibles de Seúl. La guía coreana hablaba un inglés perfecto y nos explicó al detalle las curiosidades sobre el enterramiento de sus reyes. Tanto que los coreanos no deben de pisar nunca los pequeños senderos que veis en frente de cada templo. Pues da muy mala suerte.
Mercados imprescindibles de Seúl
¿Qué es hacer turismo sin acercarse a los mercados típicos del país? Allá donde voy lo que más me gusta visitar además de los supermercados, son los mercados tradicionales. Donde curiosear sus alimentos, confecciones y costumbres. Por ello, nos decantamos por el mercado de Dongdaemun, un centro comercial caótico y gigante. En tan solo 10 calles encontrarás de todo. Y abre las 24 horas del día.
El mercado de Noryangjin es el más grande de pescado y marisco de Seúl. Verás reflejado el carácter de la ciudad entre sus puestos. Si tienes que elegir solo uno, este sería el elegido. Con un muy buen acceso en metro, encontrarás cientos de producto fresco que venden al por mayor y al por menor. De hecho, si tienes ganas, puedes comprar tu propia mercancía y en la planta de arriba te lo prepararán de diferentes maneras. Si llegas temprano, no te pierdas la subasta. Es una pasada.
El mercado de Tongin debes de marcarlo como otro de los imprescindibles de Seúl. Un par de calles bajo techo donde degustar la gastronomía propia del país pagando con monedas antiguas, las yeopjeon. Y para finalizar, el mercado de Gwangjang, el principal del país en textil y gastronomía.
Gastronomía coreana en Seúl
Con respecto a la comida en la capital, el asunto mejoró mucho con respecto a Busan. Al hablar inglés con fluidez y disponer de cartas con alfabeto latino no había problema. Descubrimos la existencia de mini markets, fruterías y opciones más occidentalizadas. Incluso, alimentos para llevar o comer en la calle muy económicos.
El día que visitamos el centro comercial de Insadong Ssamziegil, acabamos disfrutando de un menú coreano con sus multitud de banchans (guarniciones gratuitas que te sirven en cada comida), pescado a la plancha y un bowl de noodles fríos con leche de coco. ¡Una delicia!
También degustamos muchos menús diferentes como el que veis a continuación como si de platos combinados se tratasen. El Restaurante Don Don se encontraba justa en la planta de abajo de nuestro hostal y recurrimos a su comida en varias ocasiones. Un caldo caliente de verduras, arroz con especias y un plato de carne. Nos salvó la vida una sopa tipo cocido madrileño que pudimos comer un mediodía. ¡Lo que hace la nostalgia!
Y para terminar, contaros que como imprescindibles en Seúl también echamos mano de los gimbaps de atún, arroz y algas. Una delicia a cualquier hora del día. Sobre todo cuando el presupuesto del viaje es ajustado y conoces poco del idioma en el que te mueves.
Las anécdotas imprescindibles de Seúl
No quería acabar este post contándoos que en septiembre de 1988 se estaban inaugurando los JJ.OO en Seúl. Y en ese mes estaba naciendo mi compañero de viaje. Su padre, que por aquel entonces estaba en la inauguración de esta competición, tuvo que volar rumbo Madrid para acudir a su nacimiento. Y pasear por el centro deportivo unos años después fue algo muy especial.
Gracias por haber llegado hasta aquí y acompañarme en mi primera aventura internacional de adulta. Donde he sufrido, he reído, he llorado, he crecido y he madurado. La Noelia que volvió en el avión no era la misma que se marchó quince días antes. Nunca lo eres cuando viajas, pero mi viaje a Corea del Sur marcó un antes y un después. Y soy feliz de compartirlo con vosotros. ¡¡GRACIAS!!
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Que bonito viajar de tu mano leyendo estos artículos. ¡Gracias!
Gracias a ti por estar en este camino y recorrerlo conmigo. ¡¡¡GRACIAS!!!