Cuando decidimos viajar a Corea del Sur todos nos preguntaban qué por qué. Que qué se nos había perdido por allí. Y cómo se nos había ocurrido. Por qué no íbamos a Japón o a China, repetían constantemente. Sé que no es un destino demasiado conocido pero como viaje a la cultura asiática es increíble. E igual de válido e interesante que éstos que son más típicos. Hicimos el viaje en agosto de 2016 y estuvimos 15 días en tres ciudades diferentes: Busan, Gyeongju y Seúl.
La elección de nuestro primer viaje juntos fue así:
– Cariño, ¿te apetece que hagamos un viaje chulo este año?
– ¡Claro! ¿Dónde te apetecería ir? A mí donde sea, como no conozco nada…
– Yo tengo ganas de visitar Seúl
– ¿Seúl? ¿Eso dónde está?
– En Corea del Sur
– Ah… ¡Pues vamos!
De repente me vi preparando un viaje por Corea del Sur casi sin saber dónde estaba situado en el mapa. Perdonad mi ignorancia, pero no sabía apenas nada de este país. Después de leer e investigar mucho por Internet (las guías de viaje aún no ofrecían nada sobre este destino), optamos por pasar cinco días en Busan. Esta ciudad está ubicada al sureste del país y es la segunda más grande por detrás de Seúl.
¿Por qué visitar Busan?
Elegimos visitar Busan porque para un viaje de 15 días había tiempo para moverse por el país. En los foros, blogs y páginas de la red pude leer que era un destino muy bonito e interesante. Además de bastante turístico, ya que tiene playa. Establecimos cinco días porque es lo que nos aconsejaron y sinceramente, nos sobró tiempo en la ciudad. Seguramente la época del año en la que fuimos, agosto, no es la más indicada para visitar un país asiático y, por ello, permanecimos las horas centrales del día refugiados en el hotel bajo el bendito aire acondicionado.
Sin embargo, al final de nuestra estancia, fui capaz de reconciliarme con Busan y ya tiene un huequito reservado en mi corazón. El choque cultural, la gastronomía y el clima hicieron mella en mí y me obligaron a enfrentarme a un yo que aún no conocía. Pero del que me siento muy orgullosa y agradecida.
¿Qué comer en Busan?
Soy de las que pienso que en cualquier sitio siempre hay opciones y si sabemos elegir podemos seguir con nuestra alimentación allá donde vayamos. ¡Qué ilusa fui! Me tuve que tragar mis palabras una vez pisé país coreano. No es que no haya opciones, las hay. Pero se nos iban algo de presupuesto. Los coreanos comen muchos hidratos de carbono como el arroz y la pasta. Y a pesar de incluir muchas hortalizas en su gastronomía, siempre la sacompañan con una salsa muy picante y empalagosa: el gochujang. Por si no lo sabéis soy alérgica al picante. Lo detesto. En todas sus versiones. ¿Qué iba a hacer allí?
Tanto Busan como toda Corea tiene miles de restaurantes cada metro cuadrado. Muchos hogares ya no disponen de cocina porque tienen la costumbre de comer fuera. Y el precio que se paga en un establecimiento es menor de lo que cuesta hacer la compra en un supermercado. Los restaurantes están especializados en un tipo de plato, así que depende lo que te apetezca comer irás a uno u a otro.
Las proteínas animales brillaban por su ausencia. Existe un plato típico que es la barbacoa coreana, pero el precio que pagas por una pequeña porción no está justificado. Aún así, la probamos en un par de sitios y creemos que nos timaron. Es lo que tiene ser occidental turista. Aunque creo que fue simplemente que no tuvimos suerte al elegir.
Corea del Sur está plagado de franquicias de cafeterías americanas. Consumen mucho café a todas horas. Además de que culturalmente se reúnen siempre fuera de sus casas para conversar. Éstas son tan pequeñas que prefieren quedar fuera. Por eso no vas a tener ningún problema en abastecerte un café a cualquier hora.
A penas vimos supermercados en Busan. En el primero que entramos nos refugiamos unas cuantas horas en su aire acondicionado y no pensamos en comprar nada porque no aguantaría hasta llegar al hotel. Después, en la zona donde nos alojábamos no había más que Seven Eleven llenos de comida envasada, cafés y noodles. Una maravilla.
Qué ver en Busan
A pesar de que recomiendan pasar unos cinco días en Busan, yo creo que es demasiado tiempo. Es cierto que nos quedaron muchas cosas por ver y no disfrutamos como nos hubiera gustado por el calor. Optamos por levantarnos a las 5 de la mañana para visitar los templos, volver al hotel sobre las 10 y reposar en la habitación hasta las 6 de la tarde cuando el sol empezaba a caer. Os miento si os digo que fueron unas vacaciones soñadas. Pero es verdad que una vez me habitué y entendí que sería así, la cosa mejoró.
En mi opinión, los templos más bonitos que hemos visitado han sido los de Busan. Acudir muy temprano por la mañana y empaparse de los rezos, los cantos y el encanto de cada uno fue asombroso. El que más me gustó fue el de Beomeosa. Al igual que el de Haedong Yonggungsa, que está al lado del mar y puedes ver cómo rompen las olas contra las rocas. Inspirador.
También es muy recomendable visitar el parque de Youngdusan donde está la Torre de Busan desde donde se aprecian unas vistas preciosas. El BIFF Square, la zona comercial de la ciudad para comprar todo tipo de cosmética, ropa y restauración.
En cuanto a las playas, la más conocida es la de Haeundae, donde no está permitido hacer fotos y la mayoría de los bañistas irán con ropa. Otra playa curiosa es la de Gwangalli, por la que pasa el puente Gwangandaegyo. Impactante. Y por supuesto, no olvidarse de visitar la Isla de Dongbaekseom y los mercados de pescado típicos de la ciudad, como el de Jagalchi.
Alojamiento y transporte en Busan
La ciudad tiene multitud de opciones de hoteles y apartamentos. Nosotros optamos por alojarnos en un hotel al lado del parque de Youngdusan. Los precios son bastante asequibles y la calidad del tres estrellas en el que estuvimos fue muy acertada. Menos el desayuno. Los desayunos continentales de Corea del Sur en general son huevos, pan de molde blanco y café aguado con leche. No dispones de más variedad. Y me di con un canto en los dientes por no tener que comer su diversidad de banchan. para comenzar la mañana. Los banchan son varios platitos que te sirven al principio de cada comida con variedad de arroces, verduras y hortalizas. Sobre todo el gran conocido kimchi. Porque yo no sé vosotros, pero para empezar el día necesito mi bien de café y comida occidental.
En cuanto al transporte, la ciudad cuenta con una red de metro muy eficaz y rápida. La puntualidad asiática estuvo presente cada día del viaje. Moverse en transporte nos fue muy efectivo y siempre llegamos a tiempo a cualquier punto. Os recomiendo descargaros la aplicación de móvil cittymaper, es muy buena para moverse por muchísimas ciudades del mundo en transporte público. Tanto en Corea como en Estados Unidos y Copenhague nos salvó la vida en varias ocasiones.
Recomendaciones generales y curiosidades de Busan
Los coreanos son personas muy amables y acogedoras. Me sorprendió mucho su disposición para ayudarnos con la interpretación de los mapas cuando nos veían perdidos. Si bien es cierto que hablan muy poco inglés y es complicado hacerse entender, al final acabas consiguiéndolo. Las mujeres de Busan siempre tuvieron una actitud mucho más seca con nosotros, y aún no sé muy bien por qué. Su moneda oficial es el won y un euro serían unos 1.316,11 KRW. Alquilan huevos portátiles como wifi para estar conectado las 24 horas del día es esencial. Los trenes y autobuses llegan siempre en el minuto exacto que anuncian. Las tazas de váter son muy divertidas porque disponen de muchos chorros y funciones extrañas. Cuidado con algunas, puedes sufrir accidentes.
Conclusiones de Busan
Estoy escribiendo este post en abril de 2018. Casi dos años después de esta aventura. Mi primer viaje internacional con mi chico. Y a pesar de tener un recuerdo intenso y duro del viaje, a día de hoy me emociono recordando cada detalle, el olor a sésamo y agradeciendo la posibilidad de haber estado allí. Si me preguntan si recomiendo viajar a Corea del Sur mi respuesta es sí, por supuesto. Todos los destinos nos aportan y nos enseñan. Y hoy, volvería.
Gracias por recordar conmigo un viaje tan especial a través de unas pocas letras y fotografía. Si queréis saber más os recomiendo mis post sobre Seúl y Gyeongju.
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