Galle en un día. Nuestro tour por Sri Lanka llega a su fin con la visita a la ciudad de Galle, la más europea de la isla. El puerto de Galle gozó de gran apogeo durante el siglo XVIII con la presencia de los portugueses. Hasta que los británicos potenciaron el desarrollo de Colombo, en detrimento de Galle. Como expliqué en el post con todos los imprescindibles de Sri Lanka, este viaje ha consistido en desplazarnos casi cada tarde al siguiente destino y disfrutar de las actividades durante la mañana. Además, con mi ímpetu de querer verlo todo, hemos pasado 24 horas solamente en algunos de los destinos.
Dejar Mirissa en un tuk-tuk para llegar a Galle en apenas una hora y 2.000 rupias (10 euros) después, supuso toda una aventura. Ya que no tuvimos el placer de montar en este medio de transporte tanto como nos hubiera gustado. Hicimos bien en elegir Mirissa como destino de playa y no Bentota. Puesto que quedaba solamente a 40 kilómetros de la playa y nos pareció una distancia adecuada para el final del viaje.
Qué ver en Galle en un día
Después de disfrutar de casi doce días de aventura, nuestro viaje estaba llegando a su fin. La melancolía, la gratitud, el cansancio y la incomodidad de tanto traslado hizo algo de mella en nosotros. Sin embargo, la ciudad de Galle dentro de sus murallas es absolutamente sublime. Galle en un día es más que suficiente para recorrer sus calzadas intramuros, visitar el faro, la playa, la antigua puerta de acceso, la principal, la iglesia reformada, la mansión histórica llena de libros… Realmente no tiene desperdicio. Incluso, recorrer la propia muralla desde arriba y contemplar el mar a tus pies.
Te recomiendo que empieces dando la vuelta a la ciudad encima de su muralla, no tardarás más de una hora. O infinitas, si te paras a hacer muchas fotos, como yo. Por otro lado, es el momento para aprovechar a hacer las compras del viaje. En los supermercados encontrarás especias, tés, curris, cúrcuma, la famosa canela de Ceilán… ¡¡A un precio asombroso!! No te apresures a comprar antes porque cargarás con la mercancía y seguro que te saldrá más caro.
En el supermercado Cargills Food City, justo en la estación de autobuses, a la salida de la zona amurallada, encontrarás todo lo que necesitas. No olvides pasarte por allí, tendrás tiempo de sobra mientras visitas Galle en un día 🙂
También tengo la recomendación de una pequeña tienda de barrio más alejada donde comprar especias. Me la recomendó mi amiga Montse cuando estuvieron allí. Se llama New Weligama Spices Store. Si quieres algo más auténtico y dispones de más tiempo, ¡adelante!
Dónde comer en Galle en un día
Como siempre que viajo hago una búsqueda exhaustiva de todo lo que pueda sobre cultura, gastronomía, recomendaciones, consejos… Y dediqué bastante tiempo a leer sobre dónde comer en Galle. Esta ciudad tiene precios más elevados porque es más turística pero al cambio sigue saliendo muy bien.
Mis selecciones fueron el Spoon’s Café, el Elita Restaurant donde comer pescado fresco, el Serendipity Arts Café, la Fortaleza Restaurant, The Bungalow y el Pedlar’s Inn Café. Pero como lo bonito de los viajes es la improvisación y en esta ocasión no estaba todo abierto… Estaba claro que visitar Galle en un día no me iba a permitir comer en tantos sitios, pero lo intentaría.
¡¡Magia!! Encontramos un restaurante local muy a lo «cutre style» pero delicioso, barato, auténtico y exquisito. El Imals Restautant se encuentra en la 36 Lighthouse St, es pequeño y acogedor. No pude evitar zamparme a las seis y media de la tarde un platazo del mejor kottu Rotti de pollo y huevo que probé en Sri Lanka. Y mi chico se decantó por unos jugositos seafood noodles. Los dos platos con agua mineral nos salió por 1.750 rupias (8,50 euros).
Tanto fue mi deleite que no quise irme de Galle sin volver a comerme otro plato de kottu. Sabía que al día siguiente nos iríamos rumbo a Negombo para coger el vuelo que nos llevaría de vuelta a Madrid. Y mi enamoramiento con este plato cingalés fue flechazo. Así que ni cortos ni perezosos al medio día siguiente me pedí exactamente lo mismo. Y mi cara te lo dice todo 🙂
Alojamiento en Galle y contratiempos inesperados
Ojalá pudiera recomendarte un alojamiento a la altura de los que vengo enseñándote en mis post sobre Sri Lanka. Pero la mala suerte nos esperaba a final del viaje. La elección fue el Secret Garden Galle Fort, un destartalado hotel con el aire acondicionado estropeado, ningún huésped más y todo bastante deprimente. Estuvimos a punto de anular la reserva e irnos pero la hospitalidad cingalesa es especial y consiguieron hacernos sentir cómodos.
Sin embargo, lo que sí me encantó de este alojamiento fue el desayuno. Como dinámica del viaje, al tener una baja demanda de inquilinos, nos preguntaron qué deseábamos para desayunar y concretábamos la hora. Al día siguiente vimos que nos lo traían de un local cercano y estaba exquisito. Consistía en omelettes con yema y verduras, coconutrotti con sambol, papaya, sandía, piña, banana, manzana, tés y café. Un festín coronando la aventura.
Rumbo Negombo y vuelta a Madrid
Desde que empezamos a organizar el viaje decidimos desplazarnos en coches privados tipo taxis entre ciudades. Sin duda es la opción más cara y donde se nos fue más presupuesto. Pero no queríamos emplear tantas horas en usar el transporte público. Así que como cada día, localizamos un conductor que nos llevase hasta Negombo. Me comentaron que la capital, Colombo, no tiene nada de especial. Pero a mí me habría encantado conocerla. En esta ocasión tuvimos que renunciar a algo para poder hacer nuestra ruta durante 12 días. Pero como sé que volveré a este precioso país, me quedaré unos días visitando el caos de esa ciudad.
Si quieres contratar un transporte hasta Colombo, Negombo o el aeropuerto, hazlo con tiempo. Ya que nosotros lo hicimos a las 12 del medio día y hasta las dos de la tarde no pudimos salir hacia allí. Tienes que saber que el aeropuerto se encuentra en la localidad de Negombo a treinta y cinco kilómetros de la capital. Y el viaje en taxi cuesta unas 10.500 rupias (50 euros). Y en este caso es muy difícil negociar. No obstante, conseguimos hacerles entender que ir a Negombo era más sencillo que meterse en el caos de Colombo. Así que lo sacamos por el mismo precio 😉
La despedida del viaje fue muy melancólica, sentir que se acababa donde he sido tan feliz me provocaba mucha pena. Pero también alegría de haber podido disfrutar de unas vacaciones inolvidables. Donde todo era fácil, sencillo, fluido y mágico. GRACIAS por acompañarme en toda nuestra aventura. Espero haberte trasladado hasta la isla cingalesa. NAMASTÉ.
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Una vez más me has trasladado allí… ¡Me pica el gusanillo!
Ojalá puedas ir algún día… Creo que te gustaría mucho 🙂