Aumentar tu autoestima y mantenerla para ganar en salud mental gracias al amor y la compasión. El pasado jueves 11 de marzo tuve la suerte de tener como invitado en un directo en mi Instagram a Pablo Aguilar, psicólogo especializado en Psicología sanitaria, terapia familiar y de pareja. Así como multitud de formaciones en adicciones, duelos, inteligencia emocional, crecimiento personal, violencia de género, TDAH, esquizofrenia y cómo no, en autoestima.
Los que estuvimos en el directo tuvimos la gran suerte de asistir a una clase magistral sobre cómo aumentar tu autoestima y muchas herramientas para mantenerla. Si quieres tener la misma suerte que nosotros, puedes acceder desde aquí para visualizarlo las veces que quieras. Ojalá te sume tanto como a nosotros.
En el post de hoy quiero hacer un pequeño resumen de lo que comentamos por allí y dejarlo por escrito para recurrir a él como material de referencia. No sé tú, pero a mí me encanta tener las cosas a mano y resumidas para releer y terminar de interiorizar lo aprendido. Así que vamos allá.
Los cuatro pilares a trabajar para aumentar la autoestima
Según la Wikipedia la autoestima es un conjunto de percepciones, pensamientos, evaluaciones, sentimientos y tendencias de comportamiento hacia uno mismo: engloba la manera de ser, el cuerpo y el carácter. Ahí es nada señores. Estamos hablando de un concepto muy amplio que acaba estando presente en casi todas las situaciones de nuestra vida. Por ello, nos vamos a centrar en cuatro patas importantes.
- AUTOCONCEPTO: ¿Cómo me veo? ¿Cuáles son mis virtudes y defectos? Soy valioso porque tengo la mejor versión de mi presente.
- AUTOIMAGEN: ¿Acepto mi físico o lo rechazo? Puedo mejorar conociendo las limitaciones de mi cuerpo y su naturaleza genética. Elegir las mejores herramientas para nutrirlo, entrenarlo y amarlo.
- AUTORREFUERZO: ¿Cómo me hablo? ¿Utilizo la crítica y la idealización para conseguir la ‘perfección’? ¿O me nutro desde el amor, el perdón y la compasión?
- AUTORRESPETO: ¿Qué lugar ocupo con respecto a los demás? ¿Posiciono mi felicidad a la del otro? ¿O antepongo la felicidad ajena a costa de la mía? ¿Asumo el papel de salvador?
«Tengo la responsabilidad de sanarme y amarme en primer lugar para poder amar al prójimo sanamente».
¿Desde qué lugar me posiciono frente al autoconcepto?
Como hemos visto, el autoconcepto es la idea o teoría sobre mí mismo. Puedo basarla en las virtudes o en los defectos. Si decido hacerlo desde los defectos lo haré desde la carencia. Desde lo que me falta. Por el contrario, si elijo posicionarla en las virtudes, pondré el foco en lo positivo.
La conexión cerebro-corazón no es más que lo que siente el «cerebro reptiliano», el de las emociones. Este cerebro se cree todo lo que le dices. Si le engañamos con el lenguaje empleando conceptos y etiquetas negativas, se sentirá mal. Pero si, por el contrario, decidimos utilizar un lenguaje positivo, le haremos sentir bien.
Recuerda tratarte, hablarte y pensarte con respeto puesto que es el comienzo para aumentar tu autoestima.
¿Cómo aprendo a quererme?
Hace unos años compartí por aquí mi reto #SerTuMejorAmigo. Que no es más que aprender a amarse como haríamos con un buen amigo. Y aunque a Pablo le encantó la idea. Nos aportó una preciosa aclaración sobre este aspecto. ¿Qué pasa cuando no sabemos amar bien? Porque si no sabemos amar bien al prójimo tampoco sabremos amarnos bien a nosotros.
Aquí es donde entra en juego la importante diferencia entre querer y amar. Mientras que el querer es hacia dentro, es más posesivo. El amar es hacia afuera, es la preocupación por saber qué va a hacer feliz al otro. No desde lo que nosotros creemos si no preguntando cómo podemos amarle mejor y qué cosas le gustan. ¿Unas flores quizá? ¿O un interés real de cómo ha pasado el día?
Y esto se consigue preguntándote: ¿qué quiero?, ¿qué necesito?, ¿qué me gustaría o qué me apetece para sentirme bien? Las rutinas de #autocuidado hacen su agosto en esta cuestión. Un paseo, un masaje, un baile, una llamada, una comida deliciosa, un abrazo, un libro, el silencio…
Practica el diálogo interno y sé más feliz para aumentar tu autoestima
Algunos estudios demuestran que la gente que se habla a sí misma es más feliz. La existencia de un diálogo interno es sanador porque es casi imposible engañarnos todo el tiempo. En esta práctica entran en juego distintos personajes: el crítico, el agresivo, el dramático, el romántico… Y nos vamos poniendo de acuerdo con nosotros mismo en la realidad. Esa que nos hace estar bien, tranquilos, en paz, en calma y serenos.
A mí me encanta hablar sola en voz alta y establecer diálogos muy completos con varias personas diferentes. Pero también es igual de válido escribirlo en un diario, reflexionando, meditando o en silencio. ¡Encuentra tu manera!
Pon límites ante las personas desde la compasión
¿No sabes cómo ponerle límites a esas personas cercanas que te incomodan? ¿Son tu familia, jefes, compañeros? ¿Crees que se debe de permitir todo porque son cercanos? Pues no. Es necesario establecer ciertos límites para aliviar el dolor que experimentas cuando te golpean sus actos y palabras.
Lo primero de todo es recapacitar sobre ¿por qué me dice eso? ¿Lo hace para hacerme daño? Si es así, ¿por qué necesita hacerme daño? Algunas personas son tan infelices en sus vidas que necesitan amargar para tener algo de felicidad en la suya. Nuestra responsabilidad es apenarnos por ellos y entender que si me machaca no es por mí, sino porque no tienen felicidad en su vida y necesitan hacerlo.
Si este alejamiento emocional desactiva mi sufrimiento, genial. Si no es el caso, podemos recurrir a otras técnicas:
- Dar la razón para quitar argumento: ¿verdad que cuando alguien te da la razón y no quiere discutir no hay más que hacer? Pues eso. Esto no quita que estés de acuerdo. En tu fuero interno sabes la realidad. Pero hay batallas que, simplemente, no se tienen que pelear.
- Contacto cero: en otros casos es necesario alejarse de estas personas. Si no pueden hacerte daño ese sufrimiento les acaba rebotando a ellos y ya tienen más motivos para trabajarse. Cuando algo duele nos indica que hay algo que cambiar para crecer.
«El sufrimiento invita a la reflexión. El sufrimiento es la llave al conocimiento. Es la puerta al crecimiento».
Eres valioso por lo que eres, no por lo que tienes
Volvemos al pilar del AUTOCONCEPTO para explicar por qué la autoestima fluctúa mucho en función de si la basas en lo que tienes y no en lo que eres. Por ello, son necesarias las tareas de introspección para conocernos y saber qué quiero, qué necesito, qué me gusta, qué me disgusta, cuáles son mis límites, qué me molesta, qué me hace sentir bien.
Tener un buen trabajo, una familia, dinero, reconocimiento, coches, objetos… No es un valor intrínseco. E inevitablemente, en la vida, lo que tenemos fluctúa muchísimo. Unas veces tenemos más y otras tenemos menos. No podemos tener todo, cada uno tenemos lo que podemos, que es lo máximo de lo que queremos. En base a nuestra historia de vida, genética y antepasados, tenemos que aceptar que somos bellos, maravillosos y suficientes.
«No tengo todo lo que quiero pero quiero todo lo que tengo».
Evita las comparaciones y logra aumentar tu autoestima
Si mi autoconcepto lo baso en las carencias, como hemos explicado, siempre me faltarán cosas. Siempre notaré que no tengo suficiente. El sufrimiento está garantizado. «Compararse es contarse una historia desde la carencia». Ama todo lo que tienes y entrena tu foco para conseguir lo que deseas desde la posición correcta.
Incluso, hacer comparaciones con nuestro «yo» del pasado puede no ser una buena idea. Si eres capaz de responder siempre a la pregunta «¿soy mejor hoy que ayer?» entonces sí. Puedes compararte con tu yo del pasado. Si no eres capaz de ver que HOY eres más maduro y has ganado en sabiduría renunciando a ciertas cosas, mejor no te (auto)compares.
Cualquier elección y acto en la vida vienen acompañados de un coste de oportunidad. La diferencia radica desde dónde lo ves tú. Carencia o abundancia. Si crees que hoy eres menos fuerte que ayer, que corres más despacio, que ves peor y que tienes más arrugas sin apreciar lo sabio que eres, las vivencias, el bienestar y la calidad de vida saludable que has alcanzado, entonces no has entendido nada.
¿Qué les pasa a las personas que no responden al amor?
Seguro que a lo largo de tu vida te has topado con personas que son «estreñidos emocionales», como le gusta denominarlos a Walter Riso. Pablo hizo referencia con una metáfora. Estas personas son como perros apaleados. Sacan los dientes porque han sufrido, no se fían. Y no es por el perro, somos nosotros frente a ellos. Yo doy mi amor pero el perro no está preparado para recibirlo. Si está receptivo, entenderá que es el momento de sanarse y de poner todo en el asador para quererse.
No hay que olvidar que hay personas que están rotas. Si ladran, es porque duele.
La responsabilidad de amar recae en las mujeres
En la sociedad aún machista en la que vivimos, a la mujer se la enseña a amar y al hombre a competir. Y es tarea de todos nosotros trabajar para cambiar las tornas y ayudar a los hombres a que aprendan a amar. El feminismo simplemente es construir un mundo más igualitario, más justo. Siempre desde el AMOR. Y las mujeres somos especialistas en ello.
Que el propósito de la vida sea sufrir lo menos posible para ser felices
Como colofón final quiero regalarte esta perspectiva de vida. Cambia el foco y elige ser feliz, amar lo que tienes, lo que eres y lo que serás. Ama al prójimo en todas las circunstancias y espera que el universo te lo devuelva. Si nuestros actos están basados en la bondad y el amor no tendremos que sufrir tanto. Ojalá pudiésemos construir un mundo más cariñoso, amoroso y sincero. Donde contasen más nuestras aptitudes emocionales que el currículum académico.
«Las cosas se consiguen con esfuerzo y perseverancia, no desde el sufrimiento».
Aunque lo que sí que podemos hacer es ser especialistas en querernos en nuestro trocito de mundo y en la parcela en la que sí que podemos influir. Espero que te hayan ayudado estas herramientas y técnicas para aumentar tu autoestima y mantenerla bien alta en tu vida. ¿Te sumas al movimiento #LoBelloDelDía para hacer girar la rueda? Muchas gracias por un martes más. NAMASTÉ.
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