Ser tu propio hogar para cuidar tu autoestima. ¿Alguna vez te has planteado dónde te gustaría vivir? Seguro que sí. Yo reconozco que lo he hecho infinidad de veces. Y en muchas ocasiones, cuando no me siento segura, siento que eso de lo que quiero escapar me perseguiría allá donde fuera. No me refiero a esos momentos en los que imaginas o sueñas dónde vivir y visualizar ese lugar en el mundo. Me refiero a la necesidad imperiosa de querer estar en otro lugar. Y amigo, siento decirte que todo por lo que deseas huir estará contigo siempre.
Aprender a ser tu propio hogar y valorar tu esencia te ayudará a sentirte siempre en calma. ¿No crees que es más inteligente invertir tiempo, recursos y esfuerzos en ti mismo? La sociedad actual nos arrastra en su vorágine de inmediatez, multitarea, productividad y vivir hacia afuera. Pero la naturaleza del ser humano es más introspectiva y reflexiva. Aprovecha los días que quedan de #confinamiento y dedícate a escuchar lo que llevas dentro para ser mejor hacia afuera.
Cómo ser tu propio hogar
Sentirme segura, poderosa, sexy, valiente, fiable y confiada no ha sido nada fácil. Querer ser tu propio hogar implica mucha escucha activa, mucho dolor, ganas y perseverancia para asumir lo que vas a descubrir. Todos estamos formados de claros oscuros y apreciar la luz es precioso. Pero enfrentarse a los oscuros es harto difícil. Sin embargo, la ganancia es absoluta.
- Sé impecable con tus palabras: contigo y hacia los demás.
- Dedica tiempo para el #autocuidado diario: establece momentos del día solo para ti.
- Cree que te lo mereces: no te castigues ni sientas que algo no es para ti.
- Aliméntate sano, rico y variado: tu energía, organismo, piel, pelo y brillo de los ojos te lo agradecerán.
- Practica actividad física: aquella que te saque una sonrisa, con la que disfrutes.
- Aprende a perdonar: no vivas con rencor y pesar. Deja ir y prepárate para ser suficiente por ti mismo.
- Lee y estudia: conocerás tantas historias que relativizarás y ganarás en empatía.
- Asume que hay cosas que no se pueden cambiar: enfócate en lo que sí puedes modificar.
- Di que no: conoce tus límites y sé fiel a tus principios.
- Nada es tan importante: sitúate fuera de ti y relativiza tus problemas. ¿A que no son para tanto?
«Nos educan como si pudiéramos cuidar de todo el mundo sin cuidarnos a nosotros mismo, aunque eso sea una contradicción en sí misma. Sin un «yo» es imposible un nosotros».- Elísabet Benavent
¿No te gusta lo que ves en ti?
¿No te gusta quien eres o lo que crees que dejas en la sociedad? He recibido muchos mensajes aplastantes de negatividad con respecto hacia ellos mismo. Y no hay nada más triste que escuchar cómo alguien se quiere tan poco y tan mal. Te confieso que mi autoestima siempre ha estado muy bajita y que, desgraciadamente, esto me ha llevado a sufrir un TCA y muchos desequilibrios emocionales. Pero si quieres, puedes.
Lo que más me gusta decir es que si no te gusta algo de ti, cámbialo. Si no te gusta ser impuntual, poco detallista, callado, perezoso, intenso, amargado, demasiado trabajador, solitario, dependiente, juerguista, aburrido… ¡¡Cámbialo!! Puedes elegir ser distinto y modificar pequeños hábitos y aspectos hasta sentirte conforme con quien eres. Y, por supuesto, si no te apetece cambiar nada que los demás piensen que es negativo, no lo hagas. Pero sobre todo, trabaja para ser tu propio hogar y sentirte pleno.
«Por eso deberíamos aprender que el único hogar está allá donde nos lata el corazón».- Elísabet Benavent
Deseo y espero que sigas cuidando de ti con mucho amor, cariño y buenas intenciones. Muchas gracias por estar un martes más bellis. NAMASTÉ.
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