Una de las experiencias más gratificantes de nuestro viaje por Nápoles fue la gastronómica. Sin lugar a dudas nos encanta viajar con el paladar y degustar los platos típicos. Otra cosa no, pero comer en Nápoles hemos comido un huevo. Tanto en trattorias tradicionales, ristorantes, heladerías, pastelerías, cantinas…
La mayoría de los sitios donde comer en Nápoles los llevábamos estudiados y analizados desde Madrid. A mi padre le encanta hacer una investigación profunda de sus viajes y sus apuntes eran exhaustivos. En la mayoría de los casos fuimos a tiro fijo. Y nos salió muy bien la jugada.
A pesar de que a cualquiera que le menciones Nápoles te dirá que lo más típico es la pizza (por algo es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad), yo difiero de que sea lo más rico que puedes encontrar en esta ciudad italiana. La cusina napoletana está compuesta por otros cientos de manjares. Como las pastas frescas, los mariscos y pescados autóctonos, guisos de ragú, sus fritos, sfogliatelles, helados, bollos, arancinis… ¡¡Un sinfín de opciones para comer en Nápoles!!
Salumerias y cantinas para comer en Nápoles
Al pasar tantos días en Nápoles pudimos aprovechar varias cenas y comidas. Para almorzar decidimos pasar por Salumeria Upnea, en la zona del centro histórico. Es un bistró para comer algo más que pizza. Tienen menú del día y una variada carta. Mi madre se decantó por unos espárragos a la plancha con jamón, unas patatas asadas y unas albóndigas con ragú. En mi caso, opté por una hamburguesa de ternera con queso mozzarella fundido, unas patatas asadas, ensalada y unos friarielli a la plancha.
El friarielli es una verdura de hoja verde parecida a los grelos españoles. Pero son más amargos y representan muy bien la comida napolitana. En prácticamente cualquier local los encontrarás para acompañar cualquier plato. Aunque es más común verlos al lado de las salchichas. Son una delicia. No dejé de comerlos ni un solo día.
La Cantina del Gallo en pleno barrio de la Sanitá es un rincón familiar muy acogedor donde te sentirás como en casa. Y tan en casa que sus camareros dejan que entres a su cocina para que elijas lo que más te apetezca del día. O incluso conectas tanto con ellos que Mariano es el hijo postizo de mi madre. Quizá no lo entendáis, pero fue una conexión entre ellos alucinante. Así que ya tengo a mi hermano Mariano entre sus fogones. Nuestra elección fue una ensalada muy fresca con melón, una salchicha al horno de leña con friarielli, un mega arancini de queso (bola de arroz frita rellena) y un bollito de chocolate regalo de la familia. Así da gusto. Y por menos de 15 euros por cabeza.
Osterias, ristorantes y trattorias para comer en Nápoles
La Osteria Il Gobbetto sería mi favorito para comer en Nápoles. La tradición y la verdadera cucina napoletana se encuentran en la via Sergente Maggiore, al comienzo del Quartieri Spagnoli. Fuimos a cenar con reserva previa y nos dejamos aconsejar por los camareros. Nos trajeron una selección de Antipasto del Gobbetto formada por polenta frita, berenjenas rebozadas, friarielli, tomates, mozzarella… De segundos un pasce spada marinato (pez espada a la plancha con rúcula) para mí. Y dos platos de pasta fresca alle bongole y ai frutti di mare para mis padres. El precio de la cuenta con vino, agua y cervezas fue de 30 euros por cabeza.
Para reponer fuerzas de nuestra visita por las ruinas de Herculano, comimos en la Trattoria Da Nennella. Típica tasca con comida casera de verdad. Siempre está lleno y no admiten reservas. Así que lo ideal es que sobre las 13.00 horas estés allí para coger mesa. Entre semana suele estar abarrotado de trabajadores de la zona y los fines de semana de todos los autóctonos y turistas que queremos degustar una experiencia napolitana completa. Con músicos y todo. En pleno barrio del Quartieri Spagnolo.
El menú completo de Da Nennella cuesta 12 euros por persona e incluye bebida, pan, primero, segundo y postre. De entrantes pedimos dos ensaladas fresquitas y un plato de espaguetis con tomate y albahaca. Y de segundo un plato de fritura típica, pez espada a la plancha con friarielli y patatas con pimientos. Al café te invitan en el puesto de enfrente con un señor muy majo. Toda una experiencia.
Quiero destacar la Trattoria Tipica da Giovanni en el Mercado de Porta Nolana donde degustamos un plato de pasta con frutti di mare exquisito por 5 euros. Más abajo os cuento más sobre visitar mercados típicos de Nápoles y lo alucinante que es su visita. Pero no quería dejar pasar la oportunidad de agradecer esa comida tan tradicional y deliciosa en un «cutre style» con una ancianita napolitana muy amable. Estas experiencias son las que nos enriquecen por dentro.
Los mejores helados y dulces para comer en Nápoles
En nuestra opinión, uno de los mejores helados para comer en Nápoles los encontraréis en Casa Infante. Desde 1940 aúnan simplicidad, calidad y amor en la elaboración de sus productos cremosos y variados. Si queréis probar el helado de nocciomandorlacchio tendréis que pasaros por la Via Toledo o Chiaia para morir de placer. ¡¡En un mismo sabor encuentras avella, almendra y pistacho!! Y es único de Infante.
En segundo lugar, os recomiendo Mennella Il Gelato. Los ingredientes de esta pastelería son pasión, técnica, creatividad y autenticidad, como ellos dicen. Y utilizan leche fresca de vaca para la elaboración de sus helados. No os dejarán indiferentes. Los encontraréis en Via Toledo.
Como pastelerías típicas con las mejores especialidades napolitanas os recomiendo también Casa Infante. Su tradición y trayectoria la colocan en los primeros puestos de la lista. Tanto las sfogliatelle riccia o frolla son absolutamente deliciosas. La primera está elaborada con masa hojaldre muy crujiente y la segunda con masa «frolla». Algo más compacta y perfecta para elaborar tartas. En Argentina es muy común encontrarlas rellenas de membrillo y otros dulces. La repostería napolitana las rellena con queso ricotta y crema de limón. Y lo sirven caldo (¡caliente!). Auténticamente delicioso.
Otra pastelería muy recomendable es la Pasticcerie Leopoldo en Via Chiaia, que lleva trabajando en su obrador desde 1940. Algo curioso que conocimos in situ, fue la relación directa entre esta pastelería y Casa Infante. Por lo visto, son de los mismos dueños y tienen los mismos dulces. Y por su éxito, casa Infante vende también los ricos pasteles de Leopoldo. Su especialidad son las nuvels, una masa muy esponjosa rellena de queso ricotta y nata.
Por supuesto no podía terminar el apartado de dulces mencionando otras delicias imprescindibles que tenéis que comer en Nápoles: las ciambelas, los cannoli, el babá y los roccocos, entre otros.
Mercados locales para comer en Nápoles
Como os comentaba más arriba, una de mis actividades favoritas cuando visito una ciudad es la de visitar sus mercados tradicionales. De pescados, frutas, verduras, dulces típicos, adornos, ropa, utensilios… Creo que es una muy buena forma de hacerse una idea de la vida de los locales. En Nápoles encontraréis varios: La Pignasecca, Mercato Caramanico di Poggioreale o el de Porta Nolana, entre otros.
Nuestra visita al de Porta Nolana fue una experiencia graciosísima. Mi padre y yo nos escabullimos para intentar hacernos con un buen pescado para cenar la última noche en Nápoles. A pesar de que nos habían comentado que tuviéramos cuidado con los carteristas, nos pareció una zona muy segura y divertida. Primero tratamos de pasar desapercibidos pero fue misión imposible. Mi padre vestía cual turista delatador. Y una vez superada la primera impresión nos mimetizamos con los transeúntes. Os aseguro que la experiencia de negociar con los pescaderos, fruteros y tenderos fue de las mejores de la ciudad. Finalmente nos llevamos un señor San Pedro por 8 euros el kilo y medio kilo de chirlas por 2.50 euros. ¡¡Una ganga!!
Ya que estábamos en un mercado aprovechamos para completar la compra con tomates, aceite de oliva, vino blanco y demás viandas para preparar la cena. ¿Perfecta opción, no?
Las mejores pizzerías para comer en Nápoles, o eso dicen
Cuando leáis estas líneas puede que os echéis encima de mí. Pero no puedo evitar decir que no me gusta la pizza napolitana. Lo siento mucho por atentar contra este Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. A mí esta comida me gusta con la masa rígida, que se mantenga firme y la pueda comer con la mano. Que no se doble y sea blanda. Me gusta que esté cocinada y sus ingredientes también. En Nápoles tienen la costumbre de meter la masa cruda con todos los toppings encima crudos. Por eso se queda blandita, poco hecha y muy gomosa. Respeto a todos los que os encante este tipo de pizzas, pero yo juego en otra liga.
Tuvimos la suerte (o no) de coincidir con el Napoli Pizza Village durante nuestra estancia de vacaciones. Todo el lungomare lleno de pizzerías, los locales de la ciudad estaban ahí con sus hornos de piedra y sus mesas para servirnos. No nos gustó nada este tipo de pizzas por lo que os comentaba y no volvimos a comerla. Quizá fue un error, ya que en estas ferias la calidad suele ser inferior. Pero si hubiésemos acudido a algún restaurante hubiera sido la Pizzería Da Michele o la Gino Sorbillo como buena opción para comer en Nápoles pizza.
Si estáis pensando visitar Nápoles, no lo dudéis. Es un destino fantástico, lleno de vida, esencia, vida y mucha diversión. Si tenéis más recomendaciones gastronómicas no dudéis en compartirlas con todos para que lo probemos en la siguiente visita. Gracias a todos por estar un día más por aquí y acompañarme en este viaje.
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Yo estuve en todas las mesas! Excepto en Puerta Nolana. Ese almuerzo acudí a una Trattoria Freiduria muy agradable, NEntretella, se llama. Me faltaba probar la tan alabada fritura de frutos de mare. Simplemente deliciosa, crujiente y bien sequita. Esta en concreto no le envidiaba nada a la andaluza…y ya es decir!
Me especialicé menos en los dulces, aunque imposible resistir tal tentación . Ciudad de múltiples caras…no deja indiferente
Se nos quedó corto para seguir degustando exquisiteces. El profesional de los dulces fue el patriarca. No dejó sfogliatella con cabeza 🙂
Qué maravilla!! Estoy deseando visitar Nápoles y probar esas delicias. Gracias por compartirlo!!
Gracias a ti!! Seguro que te gusta mucho. Si al final te animas, ¡¡cuéntamelo!!
Muchas gracias, Noe. Probaré algo de las exquisiteces que compartes en el poco tiempo libre que nos dejen (tour organizado). Ya te contaré la experiencia…
Espero que te encante la ciudad tanto como a nosotros. Es fascinante. Casi cualquier dulce te encantará. Cuéntame a la vuelta y disfruta mucho. Un beso!!