El pasado domingo 6 de mayo de 2018 se celebró la Carrera de la Mujer en Madrid, con más de 35.000 corredoras formando una marea rosa inmensa. Desde hace quince años que las mujeres nos venimos juntando en este acontecimiento clásico de la capital. El objetivo de esta carrera es contribuir a la investigación contra el cáncer de mama, apoyar a todas las mujeres y familiares que son tocados con esta varita, combatir las desigualdades sociales a las que nos enfrentamos así como la violencia de género. Sin olvidar la concienciación sobre la importancia de la incorporación al mundo del deporte como estilo de vida.
Personalmente es la segunda vez que participo ya que no me gusta demasiado correr y las concentraciones para hacerlo no me atraían. Sin embargo, el año pasado justo recibimos una de las peores noticias que pueden darte en la vida. Que una persona muy querida está enferma. Y justo coincidían las fechas. Una carrera solidaria para apoyar a todas y cada una de nosotras. Enfermas o no. Vivas o no. Sanas o no. Hijas, nietas, abuelas, tías, madres… Pues yo el año pasado me vestí con mi camiseta rosa y corrí por primera vez por mi madre.
Carrera de la mujer, una promesa
Este año, como mi madre no puede correr y mis amigas con las que decidimos participar tampoco. Nos sumamos a la preciosa marea rosa con nuestros dorsales para caminar durante los más de 6 kilómetros apoyando a cada una de las mujeres de nuestra vida. Y a nosotras mismas.
Mi madre se hizo la promesa laica de que si todo salía bien este año tendría su dorsal y caminaría por ella y por todas. Disfrutamos del ambiente y de las mujeres luchadoras juntas. Sentir que todo está a nuestro alcance, aunque solo sea por unos minutos, es alucinante.
Curiosamente, los dos últimos años este acontecimiento coincide con el día de la madre. Y me parece súper bonito observar cómo familias enteras se animan a hacer algo juntas. Niños pequeños que desde el principio maman valores que les ayudarán toda la vida.
Nuestra Carrera de la Mujer 2018
El pistoletazo de salida lo dimos el viernes cuando fuimos a recoger los dorsales a Ifema y a pasar una mañana muy agradable en la Feria Sport Woman. Allí bailamos algo de zumba, nos pesamos, bebimos agua de coco, charlamos y disfrutamos de las confidencias madre e hija.
Y el domingo salimos tranquilamente desde Moncloa para terminar una hora y media después en el Paseo Camoens con una clase de zumba. Nosotras simplemente movimos un poco el esqueleto para desentumecernos y continuar nuestro periplo por la capital y celebrar el día de la madre como se merece. En familia.
La promesa laica sigue en pie y el año que viene volveremos a vestirnos de rosa. Y sumarnos a la marcha de mujeres y hombres en apoyo de todas nosotras. ¿Te quedas por aquí a verlo?
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No lo podías expresar mejor!
En lo que a mí respecta fue totalmente así…una jornada muy especial.
Por nosotras no quedará repetir en la próxima!!!! Corriendo, andando o cómo sea!!!👩👵✌
¡Un placer compartirla contigo, mami! El año que viene, MÁS!
[…] actividad. Bailar con tu canción favorita. Un paseo por la montaña. Una caminata en la playa. Una carrera solidaria. Una escapada al supermercado para comprar cualquier cosa (si es sana, mejor). Visitar una ciudad […]