En primer lugar tenemos que tener preparado el relleno de las croquetas. Puede ser de lo que más te guste, carne, pescado, tofu... Intenta que este relleno esté previamente enfriado en la nevera durante varias horas para que haya adquirido la textura correcta.
En el momento en que queramos darle forma a las croquetas, sacamos de la nevera el relleno y le damos forma de bolitas alargadas con dos cucharas. Mójate las manos y trata de manipular lo menos posible. Reboza la bolita en la harina de almendras, después por el huevo y, por último, por el rebozado de yuca crujiente.
Ten un recipiente forrado con papel vegetal preparado para ir colocando las croquetas sin gluten encima y que no se te estropeen.
Cuando tengas todas las croquetas listas, cerramos el recipiente y lo congelamos mínimo un día. Puedes dejarlas congeladas el tiempo que desees, pero para que se puedan cocinar bien tienen que estar 24 horas en el congelador.
El día que las quieras freír, o no, las sacamos del congelador y las cocinamos. En mi caso, he utilizado la freidora de aire caliente para hacerlas mucho más saludables.
Precalentar la airfryer 5 minutos a 200 grados. Rociar aceite de oliva virgen extra sobre las croquetas e introducirlas en la cubeta. "Freír" 12 minutos a 200 grados. Ve comprobando la textura de vez en cuando.
¡Listo! Unas deliciosas croquetas sin gluten, muy crujientes y saludables para tu deleite.
